REEM Volumen 6 N°1 - Editorial
La Burocratización

 

Por: Equipo Editorial REEM.

 

 

Según Serrano (2017), el motivo fundamental que explicaría la superioridad de la administración burocrática por sobre otras formas de organización está dada por la mecanización o tecnificación de sus procedimientos. “La razón decisiva que explica el progreso de la organización burocrática ha sido siempre su superioridad técnica sobre cualquier otra organización” (Weber, 2012).

Entendiendo aquí técnica como la capacidad para proceder según reglas procedimentales precisas y rigurosas, ajenas a los factores humanos de quienes las ejecutan. Es en ese sentido, que el mismo Weber admite que la virtud de la burocracia está dada precisamente por su “deshumanización” (Weber, 2013).

En el mes de Julio 2019, en nuestro país ocurrieron dos sucesos que ponen en el epicentro de la discusión esta problemática y que son dignos ejemplos de esta característica:

• En Osorno se contaminó el agua potable, dejando a gran parte de la población sin este derecho básico, el suministro a pesar de ejercer el máximo peso de la autoridad demoró 10 días en reponerse. La burocracia inmediata señaló que la causa fue un operario encargado de controlar los niveles de la filtración.

• Un joven profesional kinesiólogo al sur del mundo había hecho donación legal de sus órganos. Ante su deceso, la burocracia nuevamente ágil, señaló la falta de un piloto de avión para trasladar los órganos oportunamente y así dar la posibilidad de trasplantar a 7 personas.

Frente a estas notables evidencias que nos introducen al marco conceptual de los fundamentos de la burocracia. Bien vale la pena observar como en Chile, se ha relajado inclusive trastocado los elementos técnicos que van en la dirección de promover el deterioro de la organización, dado que la existencia de reglas procedimentales precisas y rigurosas, es el factor humano, sobre todo aquel que dirige y garantiza la ejecución, el que permite que la burocratización se convierta con frecuencia en DESHUMANIZACIÓN: Lamentablemente en la actualidad tanto instituciones públicas como privadas tienen altos niveles de burocratización, los tiempos de reacción han aumentado inaceptablemente las normas y, los “vistos buenos” superan ampliamente el criterio y el sentido común. En apariencia estaríamos ante lo que Weber debería considerar el fracaso más importante de la razón decisiva, dado que inclusive tales controles burocráticos no solo cuentan con una falta de humanidad, sino que afectan críticamente la vida de las personas. Cuando la regla o la norma compromete nuestra calidad y la vida, vale la pena volver a las preguntas: ¿es posible que el más común de los sentidos se esté viendo mermado por los protocolos?, ¿será que la burocracia ha llegado a tal punto de irracionalidad que supera con creces a la organización?, ¿es razonable continuar tolerando tales conductas?

REEM, sin duda tiene opinión frente a cualquier situación que comprometa la función humana, no obstante, en su burocracia también reacciona cuando se hacen frecuentes las víctimas de esta absurda deshumanización, y debe alzar su voz cuando se pretende focalizar el problema en la incompetencia del operario o la ausencia del supuesto piloto de turno. Todo Osorno y Todo Chile, sabe que el problema en el primer caso es la política de mercado y en el segundo, la política del Estado. Sin embargo, la cuestión podría ser peor: LA FALTA DE UNA POLÍTICA DE SENTIDO COMÚN.

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