Por: Colectivo Nemugún Kine.
A mediados de julio, la fiesta de La Tirana, celebrada cada año en el norte de Chile aproximadamente desde 1957, esta es una de las manifestaciones culturales y religiosas más significativas del país. Entre los elementos más destacados de esta festividad se encuentran los diablos o figurines, personajes que no solo capturan la atención por sus vistosos trajes y máscaras, sino también por sus movimientos característicos durante las danzas.
Los movimientos de los diablos en La Tirana no son meros gestos aleatorios, sino que están cargados de simbolismo y tradición. Cada paso, giro y gesto tiene un propósito y un significado profundo, enraizado en la historia y la espiritualidad de la festividad. Uno de los movimientos más característicos de los diablos es el balanceo pendular, donde los bailarines se mueven de un lado a otro en un patrón rítmico. Este movimiento puede interpretarse como una representación del balanceo entre el bien y el mal, un reflejo del eterno conflicto interno del ser humano. El constante vaivén también puede simbolizar la lucha del diablo con su propia naturaleza, un recordatorio de su condición de penitente.
Los saltos y brincos son movimientos energéticos y alegres que los diablos realizan frecuentemente durante la danza. Estos gestos pueden simbolizar la liberación del pecado y la búsqueda de redención. Al elevarse del suelo, los diablos parecen buscar una conexión con lo divino, intentando escapar de la gravedad del pecado. Además, estos movimientos añaden un elemento de dinamismo y vitalidad a la danza, reflejando el espíritu festivo de La Tirana. Los giros y vueltas son movimientos fluidos y continuos que los diablos ejecutan con gracia y precisión. Estos gestos pueden representar el ciclo de la vida y la muerte, el eterno retorno y la regeneración. Los giros también pueden simbolizar la confusión y el caos que los diablos, como representantes del mal, traen consigo, contrastando con la armonía y el orden buscados a través de la devoción y la penitencia.
Los diablos utilizan movimientos expresivos de manos y brazos para complementar sus danzas. Estos gestos, que a menudo imitan acciones de lucha o de súplica, pueden simbolizar la dualidad de su existencia: por un lado, como seres que provocan el caos y, por otro, como penitentes en busca de perdón. Las varitas mágicas o ramilletes que algunos diablos llevan en sus manos actúan como extensiones de sus gestos, añadiendo un elemento teatral y simbólico a sus movimientos.
La danza de los diablos en La Tirana es una representación vívida de la dualidad inherente al ser humano: la constante lucha
entre el bien y el mal, la devoción y el pecado. Cada movimiento, desde el más sencillo balanceo hasta el salto más elevado,
es una expresión de esta lucha y un intento de reconciliación. Los movimientos de los diablos son, en muchos aspectos, una
forma de penitencia. La energía y el esfuerzo físico que requieren estas danzas pueden interpretarse como un acto de sacrificio,
una manera de expiar los pecados y buscar la redención. A través de la danza, los diablos no solo honran a la Virgen de
La Tirana, sino que también se someten a un proceso de purificación espiritual. Además de la penitencia, los movimientos
de los diablos son una expresión de devoción. La precisión y la dedicación con la que ejecutan sus danzas reflejan una profunda
reverencia por la Virgen y un agradecimiento por los favores recibidos. Los movimientos rítmicos y armoniosos
pueden interpretarse como una oración en movimiento, una forma de comunicación con lo divino.
Para los estudiosos del movimiento humano, los diablos de La Tirana son mucho más que simples pasos de danza, tampoco solo una expresión rica y compleja de la lucha humana entre el pecado y la redención, la devoción y la penitencia. Es que, a través de sus gestos, saltos y giros, estos bailarines transmiten una ontología profunda que resuena en la espiritualidad y la cultura situada que nos expresa un cuerpo que se mueve con sentido. Observar y comprender estos movimientos desde la kinesiología podría ser un desafío pendiente que aporta a los saberes como una vuelta de mano al conocimiento universal.
Referencia
Díaz Araya, Alberto. (2011). En la pampa los diablos andan sueltos: Demonios danzantes de la fiesta del santuario de La Tirana. Revista musical chilena, 65(216), 58-97. https://dx.doi.org/10.4067/S0716-27902011000200004
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